Queridos amigos españoleros, sed buenos conmigo, porque algún día os ayudaré. ¿Queréis saber por qué digo esto? Pues tenéis que quedaos a ver el vídeo hasta el final.
Vamos a empezar, como siempre, con nuestro mantra particular: Yo hablo español, yo hablo español, yo hablo español.
Amigos españoleros, os preguntaréis por qué os he dicho esto al principio del vídeo, y es que hoy os traigo un cuento. Os traigo una fábula de esas que tanto nos gustan y que tanto os gustan a vosotros para aprender. Se trata de la fábula del león y el ratón.
Y quiero recordaros, antes de nada, que si aún no estáis suscritos, os suscribais hoy a mi canal para que estéis al día de todo lo que estoy subiendo. Así que vamos, no os olvidéis.
La fábula del ratón y el león es la siguiente: Había un león fiero que había estado cazando toda la mañana, y de repente se sintió muy cansado y decidió tumbarse debajo de un árbol para descansar. Se quedó profundamente dormido.
Había por allí un ratón juguetón que estaba jugando con unos amigos ratones. Y entre juega y juega, se enredó en la barba del león. Quiso salir de allí con tan mala suerte que despertó al león. El león, muy enfadado, se lo quería comer y el ratón muy, muy, muy, muy, muy asustado, le pidió clemencia.
Le dijo: Por favor, señor León, no me coma. Algún día puedo serle de utilidad. Algún día le ayudaré. ¡Ja, ja, ja, ja!.- dijo el león. Tú tan pequeño, tan insignificante, tan poca cosa ¿en que me puedes ayudar? El ratoncito dijo: No lo sé, señor León, pero seguramente lo podré hacer alguna vez. Por favor, no me coma. Déjeme con vida. Nuestro amigo el león se compadeció del ratón y decidió dejarlo con vida. Por el momento.
El caso es que pasados unos días, cuando el león paseaba por el bosque, se quedó enredado en una red y quedó totalmente atrapado, sin poder salir en una situación bastante penosa. Empezó a gritar y a decir: ¡Socorro! Socorro! Casualmente nuestro amigo el ratoncito pasaba por allí y salió corriendo para ver quién estaba gritando tanto. Quedó muy sorprendido cuando vio a su amigo el león y le dijo: Señor León, no se preocupe usted, yo mismo lo liberaré de la red. El león le dijo: Tú tan pequeño, ¿cómo me vas a liberar? Y el ratón con sus dientecitos comenzó a roer la cuerda de donde colgaba la red del león. De esa cuerda de donde pendía el león colgado.
Al cabo de unos minutos, la cuerda estaba rota y el león pudo liberarse. Así que el ratoncito le dijo: Ve usted, señor león, como usted hizo bien en no comerme. Ahora yo le he podido ayudar a usted. El león estaba muy contento por la decisión que había tomado en su momento de no comerse al ratoncito.
Y una vez más nos damos cuenta como todos no necesitamos. Y se ve claro con esta fábula del león y el ratón. Si te ha gustado, por favor, dale un me gusta y nos vemos muy pronto aquí en futuros vídeos de español y olé. Un besito y hasta muy pronto, amigos. Adiós.