Amigos españoleros, en esta historia os voy a contar la razón por la que Mari odiaba profundamente a su hermana Pili. Así que si queréis saber la razón, quedaos a ver el vídeo hasta el final.
Vamos a empezar, como siempre, con nuestro mantra particular: Yo hablo español, yo hablo español, yo hablo español.
Amigos españoleros vamos a seguir con nuestra sección de historias. Nuestras historias de chimenea como podéis observar. En las chimeneas, alrededor del fuego, siempre se contaban las mejores historias. Por eso aquí os voy a contar esta historia. Y en esta historia vamos a ver cómo una misma realidad se puede ver de maneras muy diferentes.
Y esto pasó en la historia de dos hermanas, Mari y Pili. Mari y Pili eran dos hermanas que siempre se habían llevado muy bien. Llevarse muy bien con alguien significa que te entiendes a la perfección con esa persona, que no tienes ningún problema con ella. Pues esto era lo que les había pasado siempre a Mari y a Pili. Y vivieron juntas en casa de su familia hasta que se casaron.
El marido de Mari era un hombre muy bueno, trabajador, que quería muchísimo a Mari y estaba muy pendiente de ella. Y el marido de Pili también era un hombre trabajador que estaba pendiente siempre de Pili. Y también, a diferencia del marido de Mari, tenía muchísimo dinero. Tenía mucho capital, propiedades y bienes. Este era el motivo por el cual Mari estaba muy celosa de su hermana Pili.
Imaginaos si estaba celosa de su hermana Pili, que un día, cuando Pili los invitó a cenar en la Nochebuena, Mari se puso muy celosa y enfadada, ya que el marido de Pili le regaló un coche de lujo espectacular, espectacular. Mari no se lo podía creer. Sin embargo, su marido sólo le regaló unas entradas para uno de los artistas favoritos de ambos.Unas entradas para un concierto. El concierto de este artista, donde años atrás se habían conocido y se habían dado su primer beso. El marido de Mari estaba seguro de que este regalo le iba a encantar. Sin embargo, a Mari no le gustaba ese regalo. De hecho, estaba enfadada. Ella envidiaba el coche de lujo de su hermana y le gustaría que su marido pudiese ofrecerle estos regalos tan caros.
El marido de Mari notó que Mari estaba bastante enfadada. Y cuando volvieron a casa, montó en cólera contra ella. Montar en cólera contra alguien quiere decir también enfadarse de una manera muy fuerte. Y le dijo: Ya me he dado cuenta de que mi regalo no te ha gustado. ¿Qué ha pasado? Yo pensaba que te iba a hacer mucha ilusión. Mari le dijo: ¿Cómo me va a hacer ilusión? Dos entradas para un concierto cuando a mi hermana, su marido, le ha regalado un súper coche de lujo. Estoy harta, estoy harta de esta vida miserable que llevamos. El marido de Mari le dijo: ¿Cómo que llevamos una vida miserable? Tenemos una bonita casa, tenemos trabajo, vivimos bien, todos los años nos vamos de vacaciones. Nuestra vida es perfecta. Nos queremos. ¿Cómo que nuestra vida es miserable? Y se enfadó muchísimo. Se enfadó tanto que ya no pudo aguantar más. Y le dijo a Mari: ¿Si tu supieras por lo que el marido de tu hermana le hace esos regalos tan costosos? Mari, se quedó muy sorprendida. ¿Qué me estás queriendo decir? ¿Qué quieres decir? Y el marido le dijo: No, no, ya me callo. Cierro mi boca porque ya he hablado más de la cuenta. Y dando un portazo se fue.
Mari quedó bastante intrigada. ¿Por qué le habría dicho eso su marido? No pudo dormir en toda la noche y al otro día decidió hablar con su hermana. La llamó por teléfono y su hermana la invitó a pasar el día en su casa. Era el día de Navidad y le dijo: Mari, vente a mi casa que nos vamos a dar un baño en mi lujoso yacuzzi, ya que mi marido no está porque se ha tenido que ir a trabajar. Mari le dijo: ¿Pero qué marido trabaja el día 25 de diciembre, el día de Navidad? ¿Qué marido trabaja en un día festivo? Si tenéis grandes lujos, ¿por qué tiene que trabajar en un día festivo? Su hermana se enfadó con ella y le dijo: ¿Cómo crees que tenemos estos lujos? Porque mi marido trabaja muchísimo. Mari se tuvo que callar y decidió ir a la casa de su hermana a pasar el día con ella. De todas formas, su marido, el marido de Mari, se había enfadado y se había ido dando un portazo.
De camino a la casa de Pili, de camino a casa de su hermana, vio al marido de Pili comprando un gran ramo de flores precioso en la floristería. Y Mari pensó: Eso será porque se siente culpable de abandonarla en un día festivo. Seguro que le quiere regalar las flores para excusarse y para pagar su culpa. Lo voy a seguir, a ver qué hace.
¡Cuál fue su sorpresa cuando vio al marido de Pili pasar delante de su casa, pasar de largo sin pararse! Decidió seguirlo con el coche muy despacio, a ver a dónde iba. Se quedó de piedra, se quedó petrificada cuando vio que el marido paraba delante de otra casa y salía una mujer muy hermosa a la que le ofreció el ramo de flores y le dio un gran beso, cogiéndola por la cintura y metiéndose ambos en la casa.
Ahí Mari comprendió todo. El marido no estaba trabajando. El marido la estaba engañando con otra persona. Afortunadamente había sido muy rápida y lo había grabado todo con el móvil. Ahora iría a contárselo a su hermana. Su hermana tenía que saber la verdad. Pobrecita. ¡Qué mal lo iba a pasar! Iba todo el camino dándole vueltas en su cabeza a ver de qué manera le iba a decir esto a su hermana para hacerle el menor daño posible.
Cuando llegó a casa de su hermana, con mucho cuidado, le fue contando la historia. Le enseñó la grabación para que viese lo que había pasado y su hermana montó en cólera. Se enfadó muchísimo, pero no se enfadó con su marido, se enfadó con su hermana Mari, porque le dijo que quién era ella para meterse en la vida privada de las personas.
Y Mari, sin poder creer lo que estaba oyendo, le preguntó: ¿Te da igual que te engañe con otra mujer? A lo que Pili contestó: Si un hombre puede mantener a dos mujeres, ¿por qué voy a tener yo que meterme en ello? ¿No te has dado cuenta la vida de lujo que llevo? Puedo irme de vacaciones a islas paradisíacas, hacer grandes viajes alrededor del mundo,
tengo autos de lujo, joyas, tengo servicio en la casa, vivo en una gran mansión. ¿Acaso no merece todo esto la pena?
Mari se quedó de piedra. No podía imaginarse que a su hermana le diese igual que su marido la engañase con otra, con tal de vivir rodeada de lujos. En ese momento Mari comprendió lo que su marido le había querido decir al respecto del marido de su hermana, y dejó a Pili en su yacuzzi, en su casa de lujo, y se volvió junto a su marido y se dio cuenta de que ella era muy feliz y en realidad su mayor riqueza era la honestidad y la sinceridad y el amor que le tenía su marido.
Y por supuesto, se fueron al concierto donde se dieron su beso por primera vez y tocaron la canción que a ellos tanto les gustaba. Y Pili, por su parte, se quedó sola en su casa, rodeada de todos esos lujos que tanto le gustaban y ni siquiera le importaba que su marido no estuviese con ella.
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