Queridos amigos españoleros, ¿queréis saber por qué mi amiga Sara dejó plantado a su novio en el altar? Pues quedaos a ver este vídeo hasta el final.
Vamos a empezar, como siempre, con nuestro mantra particular: Yo hablo español, yo hablo español, yo hablo español.
Queridos amigos, ¿qué os parece este nuevo formato de hacer vídeos? ¿Por qué he elegido este formato? ¿Este formato con la chimenea? Pues porque voy a contar una historia. Las historias siempre se han contado de una mejor manera al lado de la chimenea, en nuestras casas, cuando éramos pequeños, nuestros abuelos, nuestros tíos, nuestros padres, nos contaban historias.
Y como dije en el vídeo anterior, que si no lo habéis visto, os recomiendo que lo hagáis, las historias son la manera o una de las maneras más buenas para aprender español, porque las historias siempre nos crean una emoción y todo lo que se aprende con una emoción nunca se olvida.
Así que quiero que me digáis en los comentarios si os gusta este nuevo formato de aprender español.
Desafortunadamente ahora mismo no tengo una chimenea clásica de las de siempre para contar este cuento, pero me estoy sirviendo de la televisión. No pasa nada. El efecto es el mismo. Cuando esté en mi casa, en la casa de mi pueblo, esa casa de 200 años que ya os enseñé en otro vídeo, haré desde allí, os contaré desde allí la historia. Si no habéis visto este vídeo de mi casa de 200 años, os lo dejo por aquí para que lo veáis.
Y llegados a este punto, ya sí que os voy a contar lo que le pasó a mi amiga Sara y es muy, muy muy fuerte, muy fuerte, porque yo nunca había vivido una situación como esta. Fue impresionante. El caso es que mi amiga Sara se iba a casar con su novio de toda la vida. Su novio Enrique. Pero un día nos dijo que lo iba a dejar plantado en el altar. Todas las amigas nos quedamos atónitas. No podíamos creer lo que estábamos oyendo, porque en español dejar plantado a alguien en el altar significa que el día de la boda, o bien no te presentas a la boda, o bien dices que no, que no te quieres casar, cuando el sacerdote o el cura te pregunta.
Pues mi amiga Sara dijo que estaba decidida a dejar plantado a su novio en el altar. No conocíamos las razones, pero aunque intentamos aconsejarle que no lo hiciera, ella nunca nos hizo caso. Nosotras estábamos muy, muy preocupadas. No sabíamos qué iba a pasar.
Y ahora os voy a contar cómo se desarrolló la historia, porque una vez pasado todo,una vez que todo se acabó, ella nos confesó que hubo tres ocasiones en que sus planes estuvieron a punto de desmoronarse, en que sus planes estuvieron a punto de irse al garete, es decir, que casi, casi se desvela todo y no puede conseguir dejar plantado a su novio en el altar.
Y ya veréis: La primera ocasión, la primera ocasión en que todo estuvo en peligro fue cuando fue a comprarse el vestido de novia con su suegra y otras amigas. Entre estas amigas estaba su amiga Cristi, una amiga de toda la vida. El caso es que ella se probó un vestido, el primer vestido que se probó, ella dijo: Sí, quiero este. Su suegra sospechó mucho porque no es normal que cuando tú vas a una tienda a elegir el vestido de tu boda, te pongas el primero que te prueben. Lo normal es que te pruebes un montón de vestidos, que lo pienses, que vayas a otras tiendas a probarte otros y que des bastante vueltas, que des bastante rodeos, antes de elegir el vestido definitivo. Eso es lo que haría una novia normal. Así que su suegra sospechó un poco. ¿Cómo? ¿Te da igual como vas a ir el día de tu boda? ¿Con el primer vestido que te pruebes, te vas a conformar?
Ella dijo, mi amiga Sara dijo: No, es que este vestido me ha encantado, me ha encantado. Y si no, vamos a pedir opinión a Cristi, que era su mejor amiga. Cristi dijo: Sí, si, el vestido es precioso, porque Sara le echó una mirada bastante, bastante dura. Su suegra se conformó un poco porque consideraba que Cristi tenía muy buen gusto, así que si a Cristi le gustaba, pues quizá era el vestido adecuado.
Sin embargo, al día siguiente su novio también sospechó de ella, porque revisando la lista de invitados, de todos los invitados que iban a venir a su boda, no estaban los padres de Sara. El novio se quedó muy extrañado porque él sabía que no le caía muy bien a los padres de Sara, pero eso era una cosa y no venir a la boda era otra bastante grave. Le pareció bastante raro. Sin embargo, Sara dijo que bueno, ya él sabía que sus padres estaban en contra de esa boda, pero que a cambio le habían hecho un cheque bancario con una gran suma de dinero para, digamos que perdonara este detalle de no ir a la boda. El novio no quedó muy convencido, pero bueno, ya sabía que sus suegros nunca habían estado de acuerdo.
Y como ella veía, Sara veía, que había alguna dudas, para acallar los rumores, para que la gente no tuviese más dudas, hizo una despedida de soltera por todo lo alto. Hacer una fiesta de despedida de soltera es cuando la novia se va con todas sus amigas a festejar que se va a casar muy pronto. Y hacer una fiesta por todo lo alto quiere decir hacer una fiesta con grandes gastos, con grandes comidas, bailes. Creo que hasta contrató al cantante más famoso de la ciudad. Sus amigas ya no dudaron, sus amigas que no lo sabían, ya no dudaron ni un segundo de la intención de Sara de casarse.
En fin, una vez pasada la despedida de soltera, Enrique, su novio, se dio cuenta de que si el padre de Sara no iba a estar en la boda, ¿quién la iba a llevar hasta el altar? Sara necesitaba resolver este problema y le dijo que no se preocupara, que su amigo Pedro, su amigo Pedro, un amigo de ambos y sobre todo muy amigo del novio Enrique, sería el encargado de llevarla al altar. Hay que decir, y esto es importante en esta historia, que Pedro estaba un poquito gordito, rellenito, entrado en kilos, es decir, que tenía más peso de la cuenta. Esto es un detalle que tendrá más importancia al final.
Y llegó el día de la boda. Allí estábamos todas las amigas en la iglesia, atónitas y expectantes para ver lo que iba a pasar, sobre todo las que sabíamos que la intención de Sara era dejar a Enrique plantado en el altar.
El caso es que Sara salió muy preparada y bien puesta del brazo de su amigo Pedro, caminando hacia el altar. Pedro iba muy contento porque era la primera vez que acompañaba a una mujer al altar. Iba feliz y quería saber cómo lucía, cómo Sara lo encontraba y le preguntó a Sara: Sara, Sara, ¿cómo voy? ¿Qué te parezco? Y Sara decidió empezar en ese momento lo que sería su venganza. Y le dijo a Pedro al oído: Pedro, pareces un gordo seboso que chorrea grasa. Estás horrible. Pedro se quedó blanco. Para nada se esperaba esta respuesta de Sara. No sabía qué pensar. Se dio cuenta de que algo grave iba a pasar.
Al otro lado de la iglesia, Enrique, el novio, vio que algo no iba muy bien porque estaba observando la cara de Pedro, pero ya no podía hacer nada. La ceremonia había comenzado. Sara se acercó al altar y se puso al lado de Pedro con una sonrisa, pero una sonrisa falsa. Una sonrisa falsa es aquella que es forzada, que no es natural.
El cura, el sacerdote, le preguntó a Enrique que si se quería casar con Sara y Enrique, claro, dijo que sí porque el quería casarse con Sara, pero cuando le llegó el turno a Sara, ella dijo: No, no me casaré con Enrique.
La gente en la iglesia se quedó estupefacta, se cortaba el aire de la tensión que había en el ambiente. Nadie se podía creer lo que estaba pasando, salvo nosotras, las amigas que ya sabíamos que esto iba a pasar. Y es que Sara tenía ya su discurso preparado y dijo lo siguiente: ¡Qué pena! ¡Qué pena no haberme dado cuenta de esto antes!
Sara. y al menos el 80% de las personas que había en la iglesia sabían perfectamente que Enrique engañaba a Sara, le era infiel y… ¿con quien le era infiel? Sara lo dijo: Todos sabéis que Enrique me es infiel y habéis venido a esta boda. Nadie me lo ha dicho, ni nadie ha evitado esta boda. Enrique, me es infiel con Cristi.
Sí, su mejor amiga, Cristi. Enrique le era infiel con Cristi. Así que Sara le entregó el ramo de flores y le dijo: Como ya tienes tu vestido de dama de honor, cásate tú con Enrique. Por supuesto, Enrique no se casó con Christy y cuando las amigas le preguntamos a Sara por qué había hecho esto, por qué había llegado hasta la boda, por qué no lo había dejado antes de montar todo ese espectáculo.
Y Sara nos dijo que le había dolido, dolido tanto, que hubiese sido muy fácil dejar a Enrique y pasar de todo, pero que ella quería que todo se supiesese públicamente y darle una lección pública a Enrique y a todo el mundo que sabía esta historia. ¿Cómo os quedáis, amigos españoleros?
Y hasta aquí el vídeo de hoy. Por favor, decidme en los comentarios si os gustan estas historias y os preparare más porque son una buena manera, como he dicho antes, de aprender español. Y amigos, si aún no lo habéis hecho, suscribiros al canal y nos vemos aquí como siempre en futuros vídeos de español y olé. Un besito y hasta muy pronto, amigos. Adiós.