Queridos amigos españoleros, ¿queréis practicar el oído y la lectura conmigo? Pues quedaos a ver el vídeo.
Vamos a empezar, como siempre, con nuestro mantra particular yo hablo español, yo hablo español, yo hablo español, nos tenemos que creer que hablamos español para conseguirlo.
Y hoy vamos a tener un vídeo especial, un vídeo en el que vamos a trabajar el oído escuchando y también la lectura, porque vamos a poder ir leyendo, porque hay una narración que vais a escuchar mientras yo la leo y luego voy a explicar algunas de las palabras o expresiones, digamos que a mí me han parecido un poquito más difíciles y que se dicen en español para que las comprendáis.
Os voy a decir la manera en que podéis trabajar mis vídeos para sacarles el máximo partido, el máximo rendimiento. Y hay tres formas que yo os recomiendo.
La primera forma es escuchar simplemente el vídeo, en este caso escuchar y leer lo que va apareciendo en la pantalla.
Otra forma, que es la segunda en la que podéis trabajar mis vídeos es activando, activando la opción de subtítulos y todo saldrá por aquí abajo en los subtítulos,todo lo que voy hablando, pues va saliendo ahí y también es una manera fácil de ir siguiendo lo que yo voy diciendo.
Y la tercera forma en la que podéis seguir mis vídeos es yendo a mi página web espanolyole.com y allí están todas las transcripciones de mis vídeos. Las podéis imprimir si queréis o las podéis seguir mientras yo voy hablando, porque podéis leer y ver el vídeo a la vez. Ya lo podéis hacer como queráis. Tenéis un enlace directo a la transcripción también, justo al empezar el vídeo.
Y dos cosas, si aún no me seguís en Instagram, podéis hacerlo que os lo dejo por aquí y en mi página web espanolyole.com para que veáis las transcripciones.
Y ahora sí, pasamos a esta narración de una chica llamada Luisa españolera que se ha apuntado al gimnasio. Espero que os guste.
Amigos, hoy vamos a hacer una cosa un poco diferente. Yo voy a leer un texto y luego voy a explicar las palabras o expresiones que están en color rojo, así que estad atentos, y luego vendrán las explicaciones con algunos ejemplos más.
Empezamos.
Me he apuntado al gimnasio.
Hoy me he levantado con la firme determinación de apuntarme al gimnasio. No solo es una cuestión de pérdida de peso, sino también de energía. Es cierto que después del verano he puesto un par de kilos, pero no me preocupan demasiado porque cuando empiezo mi rutina diaria los suelo perder. Me preocupa más la falta de energía y el cansancio.
¿Será que me estoy haciendo mayor? He notado que si hago ejercicio me siento con más fuerza y motivación en el día a día, así que he ido al gimnasio. He preguntado si tenían alguna oferta antes de apuntarme. Me han dicho que por ser principio de temporada la matrícula era gratis. Sólo tenía que pagar las mensualidades.
En otras ocasiones que me he apuntado he dejado de ir al gimnasio por falta de tiempo y desmotivación. Pero bueno, hoy me he apuntado rápidamente y como ya llevaba el chándal puesto, he empezado a correr un poco en la cinta. Después de media hora estaba exhausta y sedienta. Había olvidado llevarme la botella de agua.
Además, correr con la mascarilla, cuyo uso es obligatorio por el tema de la pandemia, me ha dejado la garganta seca, así que he decidido ir a la cafetería a tomar un desayuno bien merecido. Como la cafetería está al lado del gimnasio, creo que desayunar va a ser un aliciente más para ir al gimnasio.
Aquí tenemos la primera expresión, que es la firme determinación. Usamos esta expresión «una firme determinación» cuando tenemos certeza absoluta o sabemos que vamos a hacer algo con absoluta seguridad. Y he puesto dos ejemplos para comprenderlo mejor: Pedro tiene la firme determinación de alistarse en el ejército o María tiene la firme determinación de estudiar medicina. Es decir, lo van a hacer si o si.
La siguiente palabra que nos encontramos es apuntarse, un verbo pronominal, y apuntarse significa inscribirse o entrar dentro de una lista u organización. Por ejemplo: Como no tengo trabajo, me he apuntado al paro o me he apuntado al curso de cocina.
Seguimos. Aquí tenemos una estructura que es no solo… sino también. También se puede utilizar con que. Entre sino y también. Sería no solo, sino que también. Y utilizamos esta estructura cuando damos dos ideas en el mismo sentido. Por ejemplo: No solo me he dormido, sino que también he perdido el tren, o no solo es trabajo, sino también placer. Damos dos ideas en el mismo sentido.
Otra expresión es “poner peso”. Es una expresión muy común y que se usa en el lenguaje coloquial y significa engordar, aumentar de peso. Estoy a dieta porque he puesto peso o parece que has puesto unos kilitos.
El siguiente verbo que nos encontramos es “soler” y utilizamos soler cuando tenemos la costumbre de hacer una cosa, por ejemplo: Suelo ir a la peluquería los sábados o… alguien nos podría preguntar: ¿Con qué frecuencia sueles ir al gimnasio?
Otra expresión muy común, y también del lenguaje coloquial, es hacerse mayor. Hacerse mayor significa ir cumpliendo años. Ya no tengo ganas de fiesta, me estoy haciendo mayor. O puedes decir: Cuando te haces mayor te salen canas. Canas son los pelitos blancos que nos van saliendo en la cabeza.
Otra expresión muy común es “el día a día” y es lo que pertenece a la vida de todos los días. Es decir, lo que vamos haciendo siempre. Me gusta comer sano en el día a día o no suelo acostarme tarde en mi día a día.
La siguiente palabra que nos encontramos es la matrícula. La matrícula, que aunque es una palabra que tiene otros significados, en el caso de nuestro texto, significa un pago único y previo que se hace al apuntarse a una actividad o estudios. Es decir, un pago que se hace solo una vez antes de empezar a realizar algo. Los ejemplos son: Esta mañana fui a pagar la matrícula de la universidad o en la oferta del gimnasio no pagas matrícula.
Por otro lado, tenemos las mensualidades. En este caso las mensualidades son el dinero que se paga mes a mes, o sea que es un pago que se repite. Tengo que pagar hoy la mensualidad de las clases de chino o voy a pagar la televisión en tres mensualidades. En este caso, la televisión la vamos a pagar en tres veces, durante tres meses seguidos, probablemente.
Otra palabra que tenemos es la desmotivación. La desmotivación es falta de interés en algo. Por ejemplo, no estudio mucho, tengo una gran desmotivación o estoy desmotivada y no estudio mucho.
Es la cinta, “la cinta”, como aquí en el dibujo se ve, es un aparato de gimnasia que sirve para andar y correr. No me gusta correr en la cinta, prefiero el aire libre o sólo ando en la cinta cuando está lloviendo en la calle.
Otra expresión es “estar exhausto” y decimos esto cuando estamos muy cansados. No salí de fiesta porque estaba exhausto o Rosa no podía ni hablar, estaba exhausta.
Y aquí tenemos merecido que es un participio del verbo merecer. Qué significa hacer méritos o cosas para ganar algo. A ver si en estas expresiones lo entendéis, que está mejor explicado. Hoy me comeré un helado, pues me lo he merecido. O tu ascenso laboral merece un brindis.
Y por último, una palabra muy graciosa. El aliciente. Un aliciente es un estímulo o incentivo para hacer algo. Por ejemplo, mi trabajo tiene el aliciente de viajar o ¿qué aliciente tiene viajar en avión?
Bueno amigos, espero que os hayan gustado estos ejemplos.